25 N: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Hoy 25 de noviembre, un día que ojalá no existiera en el calendario, señal de que viviríamos en un mundo en el que no fuera necesario denunciar este tipo de violencia (ni ninguna otra) que sufren las mujeres alrededor del mundo. Nos encontramos en una jornada en la que el mundo se une para exigir políticas que las protejan de esta terrible “lacra social”.

En este contexto, la música ha servido como una poderosa herramienta para combatir la violencia de género. Numerosos artistas, a lo largo de la historia, han lanzado canciones con mensajes contundentes de denuncia, llevando este tema al centro del debate social. Entre ellos, destacan figuras como La Oreja de Van Gogh, Bebe, Pasión Vega, Aitana, Amaral, Rozalén, Pastora Soler o Rosalía, entre otros muchos artistas.

Todas ellas han utilizado grandiosas letras que hoy recordamos a modo de denuncia. Es por ello que vamos a usar la música, lenguaje universal, para llegar a miles de personas.

Letras para reflexionar:

  • “Voy a volverme como el fuego, voy a quemar tu puño de acero. Y del ‘morao’ de mi mejilla saldrá el valor para cobrarme las heridas” (Malo, de Bebe).
  • “A ningún hombre consiento que dicte mi sentencia (…) Hasta que fuiste carcelero, yo era tuya, compañero” (A ningún hombre, de Rosalía).
  • “¿Cuántas lágrimas puedes guardar en tu vaso de cristal? (…) Si tienes miedo, si estás sufriendo tienes que gritar y salir, salir corriendo” (Salir corriendo, de Amaral).
  • “¿Cómo hacemos que cualquier mirada siempre esté librada de interpretaciones? Que ni una más deba permanecer callada, que ni una más sufra por dobles intenciones” (Ni una más, de Aitana).
  • “Si callarnos no va a cambiar las cosas, sabes que esa es la realidad. Son tantos gritos que no escucha nadie, tantas preguntas tan inevitables” (Ni una más, de Aitana).
  • “Dibujé una puerta violeta en la pared y al entrar me liberé como se despliega la vela de un barco. Desperté en un prado verde muy lejos de aquí, corrí, grité, reí. Sé lo que no quiero, ahora estoy a salvo” (La puerta violeta, de Rozalén).